La pirámide de Kukulcán en Chichén-Itzá (Parte I de II)

Imágenes de Chichén-Itzá



José Lull García


Como arqueólogo y aficionado a la astronomía, una de las disciplinas que me permiten conjugar ambas pasiones es la arqueoastronomía. Tras este término se esconde un precioso mundo del que aún nos queda mucho por estudiar y comprender. Últimamente se prefiere designar a esta disciplina como Astronomía Cultural, de modo que englobe tanto a la arqueoastronomía como a la etnoastronomía, según ha ido divulgando la Sociedad Europea para la Astronomía Cultural (ESAC, por sus siglas en inglés). No obstante, no creo que sea necesario confundir al lector con términos que, al fín, entendemos que tienen la misma significación.
Lo cierto es que, en la medida de lo posible, el estudio arqueoastronómico debería relacionarse con diferentes aspectos simbólicos, rituales, religiosos y culturales que pudiesen aportar pistas sobre el significado de los muy diversos tipos de alineaciones edilicias [de edificios] llevados a cabo por distintas culturas y civilizaciones que han poblado nuestro planeta.
No tiene ningún sentido el ir en busca de más y más alineaciones de edificios o estructuras con respecto a diferentes astros o fenómenos astronómicos si el conocimiento que tenemos de la cultura que estudiamos no nos permite conocer el significado de tal o cual alineación. Hemos de entender que generalmente las antiguas culturas estaban influenciadas por la religión, la cual aplastaba una y otra vez cualquier entendimiento científico de los sucesos de la bóveda celeste a cambio de una comprensión de las relaciones de los dioses cósmicos entre ellos y los seres terrenales.
Esto nos lleva inevitablemente a entender que tras lo que aparentemente nos parece una simple alineación solar, lunar o estelar se esconde todo un mundo de magia, ritualismo y religiosidad de carácter abstracto, y por tanto difícil de comprender. Por esta razón es importante que primeramente, si bien no siempre es posible, procuremos recopilar información arqueológica, documental e histórica que pueda ayudarnos a resolver esta abstracción.
Al escribir este artículo, mi verdadera intención ha sido el iniciar una serie regular de trabajos que traten el tema arqueoastronómico, aunque siempre con la espada del tiempo sobre mi cabeza. Espero que esta continuidad, así como mi intención de dedicarme a la explicación de estructuras edilicias concretas de diferentes partes del mundo, contribuya a difundir y hacer comprensible esta atractiva disciplina que es la Arqueoastronomía.
El emplazamiento arqueológico que he elegido para iniciar esta serie de artículos es la antigua ciudad de Chichén-Itzá, al Norte de la península de Yucatán, sobradamente conocida por los aficionados a la arqueología mesoamericana o, desde años atrás, por la multitudinaria afluencia de turistas que se tuestan al caliente Sol de Cancún. Este precioso lugar cuenta con un buen número de edificios, muchos de ellos con alineaciones astronómicas que serán objeto de futuros artículos. En el presente trabajo nos centraremos, sin embargo, en la llamada Pirámide de Kukulcán, también conocida como El Castillo.
Aunque no sea este el lugar dónde desarrollar una explicación puramente arqueológica del yacimiento de Chichén-Itzá, no estará de más ofrecer breves comentarios que nos sitúen en el momento cultural de las personas que construyeron El Castillo por que, como explicamos en la introducción, si podemos no debemos separar el estudio arqueológico, antropológico y etnológico de esta disciplina que une la arqueología y la astronomía.
Chichén Itzá, conocida desde los tiempos de la conquista, no sufrió ninguna excavación sistemática hasta 1924. Sin embargo, ya podía apreciarse que en contra del estilo Puuc que se observa en muchos edificios antiguos, otros muestran elementos que nada tienen que ver con la cultura maya, como es el caso de la Pirámide de Kukulcán. Adornando los muros de algunos templos, vemos representaciones de guerreros con vestimentas diferentes a las mayas. Estas figuras también se encuentran en el Valle de México. Incluso en otros relieves se ve a estos guerreros luchando contra otros propiamente mayas. Estamos ante una confirmación arqueológica de un hecho transmitido de padres a hijos, a modo de leyenda, y que podemos encontrar en los llamados libros de Chilam Balam.
La tribu de los itzaes llegó a Yucatán hacia el siglo X, convirtiendo a Chichén Itzá en una importante capital. La leyenda cuenta que procedían de una ciudad del centro de México llamada Tollán, la cuna de los Toltecas, identificada actualmente como Tula. Según las narraciones indias, durante esa época partió de Tollán un grupo de personas mandadas por el legendario e histórico Quetzalcóatl, tras ser expulsado por los súbditos de Tezcatlipoca.
Esto debió ocurrir hacia el año 987, y debemos reconocer a estos toltecas como los itzaes que llamaron los mayas. Son muchos los mitos y leyendas que se forjaron desde entonces en torno a la noble figura de Quetzalcóatl, identificado con el dios del mismo nombre, simbólicamente representado como una serpiente emplumada. Es el mismo que, según la leyenda, volvería algún día desde el oriente para recuperar su reino perdido. De hecho, la llegada de los españoles a las costas mexicanas desde el mar oriental hacia 1519 fue relacionada por diversas culturas indígenas con este hecho.
En el siglo XVI, el franciscano español Diego de Landa escribía que "... los indios creen que entre los itzaes que ocuparon Chichen Itzá reinó un gran señor llamado Kukulcán, y que el principal edificio, que es llamado Kukulcán, demuestra que esto es verdad. ... en México se le consideraba uno de sus dioses, y le llamaban Quetzalcóatl. ". Nos encontramos pues con la dedicación de nuestra pirámide al dios conocido en náhuatl como Quetzalcóatl, en maya como Kukulcán y en quiché como Gucumatz.
La pirámide mide 55 metros por lado y 24 de altura, componiéndose de 9 plataformas o pisos que son recorridas en cada uno de sus cuatro lados por sendas escalinatas. La pirámide no está alineada con el eje Norte-Sur, sino que presenta una desviación de 23º respecto al mismo. Sobre la pirámide hay un pequeño templo de planta cuadrada cuyo único acceso está en el lado Norte.
En el templo encontramos columnas con la forma de serpientes emplumadas, de la misma forma que el remate inferior de la escalera Norte acaba en forma de cabeza de serpiente.
Esa serie de elementos nos muestran un culto al dios Kukulcán en esta pirámide, pero, como veremos, puede estar también relacionada con el calendario solar.
Las escaleras Este y Oeste están alineadas con el orto solar [salida del Sol] del día del solsticio de invierno, y el ocaso del Sol del día del solsticio de verano, respectivamente.
La ejecución de la obra de la pirámide es por tanto parte de un ambicioso plan en el que la alineación con fenómenos astronómicos ha sido absolutamente necesaria. (Continuará)

Las imágenes fueron tomadas de:
http://sepiensa.org.mx/contenidos/2005/mexico_riqueza/chichen/chichen.html

Pulso Municipal (Julio 21, 2007)

Regeneración visual del centro de SMA
Renace la Casa Club de Santa Elena como centro cultural
Campaña de esterilización y vacunación animal en Sta. Elena

Carlos Morales

Mientras el Ing. Santiago Zepeda González, edil de San Mateo Atenco, se prepara para rendir el 1 de agosto próximo, al parecer en el patio central del Ayuntamiento, su Primer Informe de Gobierno, atiende también tareas tan importantes como dar audiencia pública los días jueves, recibir a funcionarios estatales de alto nivel, como la secretaria de Salud, Ma. Elena Barrera, y el de Agua y Obra Pública, David Korenfeld, entre otras personalidades, así como firmar convenios, inaugurar obras o arrancar campañas diversas, por sólo citar algunas actividades que, entendemos, no sólo corresponden con su chamba cotidiana sino, varias de ellas, con propósitos que él mismo se ha impuesto y que ha conseguido.

Regeneración visual del centro de San Mateo

Como parte de esas actividades, en días pasados Zepeda González firmó un convenio con la Facultad de Arquitectura y Diseño (FAyD) de la UAEM, representada por su director, el Arq. Juan Arturo Ocaña Ponce, para arrancar lo que el alcalde de Atentli señaló será “la primera etapa de la primera etapa” del Programa de Regeneración Urbana del centro de nuestro municipio con base en un estudio que realizó la propia Facultad y con recursos autorizados ya por la Secretaría de Turismo estatal (3 millones de pesos).
Con este programa no sólo se pintarán fachadas, explicó el secretario del Ayuntamiento, Arq. José Concepción Escutia Porcayo, también se regenerarán símbolos y características arquitectónicas que se pueden considerar propias del municipio, porque la actual arquitectura “es disímbola” (o sea, “de chile, de dulce y de manteca” agregamos nosotros). “Queremos -dijo- que ésta sea otra herencia para nuestros hijos y huella de esta administración”.
Es un programa ambicioso que, como lo señaló en su turno el edil, no podrá concluir en el corto plazo, durante su administración o la que sigue, pero ya iniciarlo significa mucho, y con una muy buena planeación y asesoría por parte de la Facultad. Es un grano de arena importante, pensamos, para ofrecerle un mejor aspecto a todo ese turismo que viene a dejar sus dineros a Atenco. Realmente esperamos que los resultados correspondan con la propuesta universitaria y con el entusiasmo con el que se estamparon las firmas.
Por cierto, la participación de la UAEM, concretamente en este caso de la FAyD, forma parte de un programa universitario relacionado con devolverle a la sociedad lo que ésta le ha dado a la máxima casa de estudios estatal, así lo enfatizó el Arq. Ocaña.

Renace la Casa Club de Santa Elena; ahora, como centro cultural


Otra actividad que realizó el Presidente Municipal de S. M. Atenco beneficiará principalmente a la comunidad del fraccionamiento Santa Elena. Nos referimos a la inauguración de la nueva Casa Club de esta localidad pero ahora con fines culturales y de esparcimiento.
A pesar de que el acto tuvo un retraso de una hora, hora y media, a la postre los organizadores nos sorprendieron muy gratamente, en particular la principal responsable de que, como ella lo dijo, este “sueño se hiciera realidad”, Karla Sánchez Anaya, una jovencita de 21 años, tan activa y entusiasta que al parecer difícilmente puede mantener los pies fijos en un solo lugar por más de cinco minutos, y que es la delegada municipal de esa zona.
Efectivamente, después de que Santiago Zepeda cubierto de flashazos cortara el listón, paso a paso fuimos descubriendo el bello edificio de una sola planta que antes fue un club en toda la extensión de la palabra, dejó de serlo porque nadie se responsabilizó realmente de su funcionamiento o de darle mantenimiento, y durante años permaneció en el abandono. Solamente el salón de usos múltiples estaba en buenas condiciones porque lo alquilaba y administraba para diversos eventos la Delegación Municipal en turno.
Pero sucedió que un día un grupo de personas soñadoras de la propia comunidad de Santa Elena, encabezadas por “Karlita” -así la llaman con cariño quienes la conocen -, lograron recuperar la casa de entre escombros, basura acumulada y humedad creciente y la convirtieron en un centro que ofrecerá todo tipo de actividades culturales, incluidos cursos y talleres, dirigidas, según nos los explicó Karla, a generar y promover el desarrollo cultural y la participación de la comunidad en un ambiente de fomento a la convivencia familiar, y dirigidas también a brindar la posibilidad de obtener ingresos económicos y un foro a todas aquellas personas y grupos que quieran compartir su creatividad y su quehacer musical, pictórico, fotográfico, literario, dancístico, etcétera, y que generalmente no tienen o no les dan la oportunidad de dar clases o de presentarse en otros foros. Todo esto lo pretenden lograr manteniendo abierta la Casa de lunes a sábado de 9 a 20 horas, y si es necesario, también los domingos, pero con actividades en todos los espacios.
Hago un paréntesis para mencionar que gracias a las gestiones realizadas por la propia Karla, apoyada por gente de la comunidad, participaron también en la restauración de la casa, que aún no termina, becarios de servicio social de diversas facultades de la UAEM, a través de su programa de brigadas.
En una parte del recorrido por el edificio nos mostraron un video con imágenes del antes y el después de los trabajos de restauración y acondicionamiento realizados. El cambio fue tan notorio, y todo por el empeño y los esfuerzos llevados a cabo en equipo, prácticamente con cero recursos económicos, pero con mucho corazón y ganas de lograrlo, que el Ing. Zepeda ofreció en ese momento el recurso suficiente para concluir la restauración total de la Casa Club. Fue muy emotivo ese momento, especialmente para los organizadores.
No acabábamos de aplaudir, cuando en el salón de usos múltiples, teniendo como fondo la exposición de dibujos, óleos y acuarelas de alumnos y alumnas de la Casa de cultura del municipio, las manos y la sensibilidad del guitarrista Diego Armando Castañeda León, estudiante de tercer semestre en el Conservatorio de Música de Toluca y flamante profesor de guitarra del nuevo centro, nos ofreció un estupendo concierto guitarrístico con obras de diversos autores. Más tarde, el Dueto Fusión, integrado por el saxofonista, integrante de la Orquesta Sinfónica del Estado de México, Marco Fornovo, y por el pianista Hermes Cruz, nos dieron la oportunidad de escuchar el sonido maravilloso del saxofón a través de diversas obras que incluyeron música brasileña, jazz, boleros y música popular estadunidense. Los aplausos y exclamaciones de agrado fueron la mejor muestra de como la gente disfrutó y agradeció ambos conciertos.
Felicitamos sinceramente a Karla, Leticia Pozas, Emilio Gómez, Jorge Gutiérrez y a todas la personas que han trabajado y lo siguen haciendo, “sumando voluntades”, para mantener equilibrados sueños y realidades materializándolos en esta Casa Club que seguramente será muy bien recibida por la gente de Santa Elena y por todo San Mateo Atenco, en general. Colaboremos y participemos en la medida de nuestras posibilidades, para mantenerla en buenas condiciones y para que mejore su oferta cultural. No nos extrañaría que este espacio se convirtiese en un centro importante de efervescencia cultural para Atentli, y en lugar de atención obligada para quienes requieren del apoyo y el reconocimiento masivo de la gente.

Campaña de esterilización y vacunación animal en Sta. Elena

El domingo 15 de julio el Ing. Santiago Zepeda acudió a la realización de la campaña de esterilización y vacunación de perros y gatos en Santa Elena. Con el apoyo del Instituto de Salud del Estado de México, y bajo la coordinación de Gabriel Montes de Oca Arzaluz, titular de la Quinta Regiduría municipal, un grupo de especialistas durante todo el día prestaron el servicio a mascotas de vecinos del fraccionamiento, apoyados a su vez por personal del propio Ayuntamiento.
Nosotros no estuvimos todo el día, pero esperamos que mucha gente haya esterilizado a su perra porque ya son demasiados perros en San Mateo, y la verdad son más las personas que permiten la contaminación del ambiente al no recoger las heces de su mascota, que las personas que sí las recogen. ¿Usted, que opina?

El pípila, ¿historia o leyenda?




Es un personaje histórico de la Independencia de México. Su verdadero nombre era Juan José de los Reyes Martínez Amaro y nació el 3 de enero de 1782 en el número 90 de la calle del Terraplén, de San Miguel el Grande (hoy San Miguel de Allende), Guanajuato. Fue hijo de Pedro Martínez y María Rufina Amaro. Estudió en su ciudad natal, pero en su juventud entró a trabajar a las minas de Guanajuato como barretero y después como jefe inmediato de un grupo de barreteros. Fue compadre del intendente de la ciudad minera de Guanajuato, Juan Antonio de Riaño y Bárcena (bajo cuyas órdenes se había construido la Alhóndiga de Granaditas entre 1789 y 1809), y cuando llegó la insurrección de independencia se sublevó junto con algunos de los mineros, enrolándose en las filas insurgentes, abandonando su trabajo y las comodidades logradas.
Los mineros le habían apodado, desde muchacho, el Pípila, nombre que se le da en el bajío al guajolote o pavo doméstico, quizá por las pecas que llenaban su cara dándole el aspecto punteado del plumaje de esas aves (otra versión afirma que se debía a que su risa asemejaba el graznido de dichos animales). Acompañó al ejército de Miguel Hidalgo desde San Miguel el Grande, su pueblo natal, hasta Guanajuato, donde los españoles fuertemente armados, con Riaño al frente, defendían la Alhóndiga (fortaleza en la cual se almacenaban granos para el tiempo de escasez) después de que la citada ciudad había caído ya en manos de los insurgentes.

Hidalgo se presentó en Guanajuato el 28 de septiembre de 1810, instando a Riaño para que rindiera la plaza. Este se negó a entregarla y, como dijimos, se hizo fuerte dentro de la Alhóndiga.
Todos los embates insurgentes contra ella iban resultando inútiles y producían muchas bajas, hasta que Hidalgo y los jefes insurgentes opinaron que sólo podría tomarse la alhóndiga si se quemaba su puerta principal, por la cual podrían pasar sus hombres. Juan José de los Reyes Martínez arengaba a algunos soldados cuando Hidalgo lo llamó y le habló de la necesidad de quemar la puerta.

El Pípila dijo que él lo haría. Se cubrió las espaldas con una losa, y tomando una antorcha encendida de las que usaban los mineros en los túneles, se dirigió a la puerta, entre una lluvia de balas, y le prendió fuego. La Alhóndiga pudo así ser tomada. El Pípila tomó parte en muchas acciones guerreras más y volvió luego a sus minas, viviendo una larga vida, pues murió el 25 de Julio de 1863, en la ciudad de donde nació. Se dice que murió a causa del polvo y los gases de la mina.
Existen diversas versiones del combustible empleado para encender la puerta: aceite de abeto y brea, rajas de ocote o pólvora. Actualmente algunos libros de texto ponen en duda su hazaña argumentando que es muy difícil que una sola persona pudiera llevar el suficiente combustible y hacer arder la puerta en poco tiempo, por lo que suponen que fueron varias las personas que intervinieron en su maniobra.


Cat Stevens (Yusuf Islam)








Steven Demetre Georgiou, conocido en el mundo de la música como Cat Stevens, nació el 21 de julio de 1948 en Londres, Inglaterra.
Desde pequeño estuvo muy involucrado en la música, pues a la edad de 12 años ya tocaba el piano, la guitarra y escribía canciones propias. A los 16, tras terminar la escuela, lo aceptaron en el Instituto de Arte Hammersmith en Suecia.
Paralelamente comenzó a tocar en cafés y pubs locales. A partir de ese momento se dio cuenta de que su nombre (de ascendencia griega) no resultaba muy comercial, así que decidió cambiarlo por el de Cat Stevens.
En 1966, a la edad de 18, conoce al productor Mike Hurst, quien le propone grabar una demo para conseguir un contrato discográfico. Es así como aparecen sus primeros temas, I Love My Dog y Matthew and Son. Ambas canciones formaron parte de su álbum debut, Matthew and Son, lanzado en 1967. Este disco logró situarse dentro del Top 10 de las listas de éxito.
Ese mismo año aparece una nueva producción bajo el título de New Masters, del que se extrae el sencillo The First Cut Is The Deepest, que se convirtió en un éxito internacional y ganó una serie de premios. A pesar del éxito de la canción, el álbum no logró ingresar en las listas de ventas.



Los siguientes dos años, Cat Stevens se los pasó escribiendo nuevos temas para futuras producciones, así como de gira promoviendo su último material. Para ese entonces ya era considerado una sensación joven del pop que se mantenía bien ubicado en las listas inglesas.
En 1968, Stevens enferma de tuberculosis, lo que le lleva a permanecer en el hospital durante varios meses. En ese tiempo se dedica a repasar aspectos de su vida personal, toma la meditación como una forma de vida, lee libros de religión y se vuelve vegetariano. Para ese entonces ya había escrito cerca de 40 canciones, mucho más introspectivas que las anteriores.
Una vez curado y con otra perspectiva del mundo y de la música, firma un nuevo contrato con una compañía discográfica americana (Island Records), en 1970. Al poco tiempo aparece Mona Bone Jakon (1970), un disco folk que contenía canciones como Lady D'Arbanville, Pop Star, y Katmandu (la cual contó con la colaboración de Peter Gabriel en la flauta). Ese mismo año presenta lo que sería su escalón a la fama, el álbum Tea for the Tillerman, que se convirtió rápidamente en el número uno de la lista Billboard. Además, alcanzó el estatus de disco de oro a las seis semanas de haber sido lanzado. Tea for the Tillerman dio como resultado grandes éxitos, como Wild World, Hard-Headed Woman, y Father and Son.



Pronto aparecería un nuevo álbum, Teaser and the Firecat (1971), que lograría situarse en la segunda posición de las listas. De esta manera el LP consiguió nuevamente convertirse en disco de oro a las 3 semanas de haber salido a la venta. De este disco se extraen los sencillos Peace Train, Morning Has Broken y Moonshadow.
En 1971 muchas de sus canciones fueron integradas en la banda sonora de la película Harold and Maude.
Su siguiente producción sale a la luz en 1972, y se titula Catch Bull at Four. Este disco fue con el que pudo conseguir más méritos en menos tiempo: consiguió disco de oro a 15 días de haber sido presentado y permaneció en la primera posición de la lista Billboard durante 4 semanas consecutivas.
A lo largo de la década de los setenta, Cat Stevens presentó muchos otros discos tales como: Foreigner (1973), Buddha and the Chocolate Box (1974), el disco en vivo Saturnight (Live in Tokyo) (1974), Numbers (1975), Izitso (1977) y Back to Earth (1978).
En 1977, Cat Stevens se convierte al Islam y al año siguiente cambia su nombre a Yusuf Islam. Este cambio de religión se debió a un accidente que tuvo en Malibú, en 1975, donde casi pierde la vida ahogado. Según cuenta el propio Cat Stevens, de pronto vio a Dios y le dijo que si lo salvaba trabajaría para él. Es así como se acerca a distintas religiones, pero ninguna lo convence. Hasta que su hermano David le entrega una copia del Corán, y ahí es donde encuentra la paz que tanto anhelaba.
En 1979 hace su última presentación pública, en el concierto The Year of The Child en el estadio Wembley.
De esta manera, Yusuf Islam abandona su carrera como estrella de pop, pues el uso de instrumentos musicales así como el hecho de cantar canciones es un tema de debate en el mundo musulmán. Fue tanto su compromiso con esta nueva postura radical que llegó al punto de pedirle a las compañías discográficas que dejaran de distribuir sus discos anteriores, hecho que, obviamente, nunca se produjo.
Tras su alejamiento de la música se dedica a hacer obras filantrópicas y educacionales hacia colegios musulmanes en todo el mundo.
Paralelamente, las compañías discográficas lanzan un disco recopilatorio en 1994, titulado Footsteps in the Dark: Greatest Hits, Vol. 2.
En 1989, Yusuf Islam visita la Universidad de Kingston en Londres para hablar con los estudiantes acerca del Islam, y pide la ejecución del escritor Salman Rushdie, lo que se convierte en un escándalo mediático.
En 1995 retorna a la música, de manera no comercial, para promover su religión con el disco The Life of the Last Prophet. Ocurre lo mismo 4 años más tarde con Prayers of the Last Prophet (1999).
A partir del año 2000 lanza 5 discos más bajo la misma temática: A is for Allah (2000), I Look I See (2003), Indian Ocean (2005), y Footsteps In The Light (2005).


27 años después de abandonar su carrera regresó a la canción popular, de carga poética y contenido social con el esperado An other cup (2006).


Ahora se presenta como un pacífico y conciliador partidario del diálogo. Durante una entrevista concedida hace unos meses a la cadena de radioemisoras del norte de Alemania (NDR), señaló: "No regreso realmente al negocio del espectáculo. Me siento más bien en una especie de misión, dirigida a tender puentes y reducir la brecha entre las comunidades y las culturas. Eso se acerca más a lo que yo hago. Tiene menos que ver con el negocio del espectáculo y más con la conciencia social"






Oaxaca, justicia pendiente



OAXACA LLORA...
(Fragmento)
Marcela Esteva

Oaxaca llora y yo también.
Te he visto crecer pobre, te he visto abandonada,
hermoso rincón del Sur.
Ayer te palpé triste, te sentí caer...
Pero hoy Oaxaca te veo luchando, te siento bien...

Oaxaca llora y yo también.
De pie, serenos con el semblante sin miedo
porque es mezcla de coraje y de sed...
así están mis hermanos luchando
porque ¡tienen que vencer!

No es de hoy esta lucha del Poder
porque saben, porque sienten que
Oaxaca no es un pueblo que se deja convencer...
Porque intuyen que despiertan
a los guerreros bronceados de la piel
por un sol que quema tanto
en el campo abandonado, al que sólo brota hiel...

Oaxaca llora y yo también,
porque hoy decidida mi sangre te ofrezco
por saber que algún día, al final de esta lucha;
algún niño podrá saber el sabor de un sustento,
el mensaje del maestro, el derecho de vivir,
de poder manifestarse ¡sin miedo a morir!

Hablemos de... "Monna Lisa" (La Gioconda)

Se dice que es la obra pictórica más famosa del mundo








Leticia Cervón A.

La modelo de este cuadro, pintado magistralmente al óleo por Leonardo da Vinci, fue la Monna Lisa*, nacida en Florencia en 1479 y casada en 1495 con el Marqués del Giocondo -ilustre florentino-, lo que hizo dar al cuadro el sobrenombre de La Gioconda. Se calcula que Da Vinci ejecutó esta obra maestra en los inicios del siglo XVI, entre 1500 y 1506.
Varios fueron los dueños de la Monna Lisa, incluso se dice que hasta el propio Napoleón Bonaparte la tuvo en sus habitaciones. Pero prácticamente siempre, hasta la fecha, ha estado resguardada en el Museo de Louvre, en Paris, Francia.
Un obrero italiano robó el cuadro el 21 de agosto de 1911; lo hallaron en Florencia en 1913 y el 31 de diciembre del mismo año lo devolvieron al Museo.
En los últimos años se ha especulado mucho acerca del verdadero significado del cuadro, hasta se ha llegado a afirmar que es un retrato del propio Leonardo da Vinci en donde el artista trata de representar los conceptos de lo masculino (lado derecho de la cara) y lo femenino (lado izquierdo de la cara) en una sola imagen.
Lo cierto es que... partiendo de un modelo vivo, Leonardo consiguió crear una forma perfecta del tipo humano. La sonrisa expresa el movimiento de la vida y el misterio del alma. Al fondo, sumergido en una bruma azulada, el paisaje montañoso y la llanura donde serpentea un riachuelo, es también una imagen sintética del Universo.
El cuadro, de 77 x 53 centímetros, fue pintado sobre tabla de madera de álamo.
*Monna.- Abreviatura de Madonna, que significa señora.

El principito /Parte I


Cuento de Antoine de Saint-Exupéry







Sé que en algún lugar del mundo existe una rosa única, distinta de todas las demás rosas, una cuya delicadeza, candor e inocencia harán despertar de su letargo a mi alma, mi corazón y mis riñones.
A esa rosa, donde quiera que esté, dedico este trabajo con la esperanza de hallarla algún día, o de dejarme hallar por ella.
Existe... rodeada de amapolas multicolores, filtrando todo lo bello a través de sus ojos aperlados, cristalinos y absolutamente hermosos...

DEDICATORIA

A León Werth

Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Pero tengo otra excusa: esta persona mayor es capaz de comprenderlo todo, incluso los libros para niños.
Tengo una tercera excusa todavía: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Tiene, por consiguiente, una gran necesidad de ser consolada. Si no fueran suficientes todas esas razones, quiero entonces dedicar este libro al niño que fue hace tiempo esta persona mayor. Todas las personas mayores antes han sido niños. (Pero pocas de ellas lo recuerdan).
Corrijo, por consiguiente, mi dedicatoria:

A León Werth cuando era niño

I

Cuando yo tenía seis años vi en un libro sobre la selva virgen que se titulaba Historias vividas, una magnífica lámina. Representaba una serpiente boa que se tragaba a una fiera. Esta es la copia del dibujo:


En el libro decía: "Las serpientes boas se tragan su presas enteras, sin masticarlas. Luego no pueden moverse y duermen durante los seis meses que dura su digestión".
Reflexioné mucho en ese momento sobre las aventuras de la jungla y a mi vez logré trazar con un lápiz de colores mi primer dibujo.
Mi dibujo número 1 Era así:

Enseñé mi obra de arte a las personas mayores y les pregunté si mi dibujo les asustaba.
-¿Por qué habría de asustar un sombrero? -me respondieron.
Mi dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente boa que digería un elefante. Dibujé entonces el interior de la serpiente boa a fin de que las personas grandes pudieran comprender. Siempre necesitan explicaciones.
Mi dibujo número 2 era así:

Las personas grandes me aconsejaron que dejara a un lado los dibujos de serpientes boas abiertas o cerradas, y que me interesara un poco más en la geografía, la historia, el cálculo y la gramática. Así fue como a la edad de seis años abandoné una magnífica carrera de pintor. Había quedado desilusionado por el fracaso de mis dibujos número 1 y número 2.
Las personas grandes nunca comprenden nada por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones.
Tuve pues que elegir otro oficio y aprendí a pilotear aviones. He volado un poco por todo el mundo y la geografía, en efecto, me ha servido de mucho; al primer vistazo podía distinguir perfectamente la China de Arizona. Esto es muy útil, sobre todo si se pierde uno durante la noche.
A lo largo de mi vida he tenido multitud de contactos con multitud de gente seria. Viví mucho con personas grandes. Las he conocido muy de cerca; pero esto no ha mejorado demasiado mi opinión sobre ellas.
Cuando me he encontrado con alguien que me parecía un poco lúcido, lo he sometido a la experiencia de mi dibujo número 1 que he conservado siempre. Quería saber si verdaderamente era un ser comprensivo. Pero siempre me respondían:: "Es un sombrero". Entonces no le hablaba ni de serpientes boas, ni de la selva virgen y ni de estrellas. Poniéndome a su altura, les hablaba del bridge [juego de cartas], del golf, de política y de corbatas. Y la persona grande se quedaba muy contenta de conocer a un hombre tan razonable.


II

Viví así, solo, sin nadie con quien poder hablar verdaderamente, hasta cuando hace seis años tuve una avería en el desierto del Sahara. Algo se había estropeado en el motor. Como no llevaba conmigo ni mecánico ni pasajero alguno, me dispuse a realizar, yo solo, una reparación difícil. Era para mí una cuestión de vida o muerte, pues apenas tenía agua de beber para ocho días.
La primera noche me dormí sobre la arena, a unas mil millas de distancia del lugar habitado más próximo. Estaba más aislado que un náufrago en una balsa en medio del océano. Imagínense pues mi sorpresa cuando al amanecer me despertó una extraña vocecita que decía:
-¡Por favor... píntame un cordero!
-¿Eh?
-¡Píntame un cordero!
Me puse en pie de un salto como herido por el rayo. Me froté los ojos. Miré a mi alrededor. Vi a un extraordinario hombrecito que me miraba gravemente.

Ahí tienen el mejor retrato que más tarde logré hacer de él, aunque mi dibujo ciertamente es menos encantador que el modelo. Pero no es mía la culpa. Las personas grandes me desanimaron de mi carrera de pintor a la edad de seis años y no había aprendido a dibujar otra cosa que boas cerradas y boas abiertas.
Miré, pues, aquella aparición con los ojos redondos de admiración. No hay que olvidar que me encontraba a unas mil millas de toda región habitada. Y ahora bien, el hombrecito no me parecía ni perdido ni muerto de cansancio, de hambre, de sed o de miedo. No tenía en absoluto la apariencia de un niño perdido en el desierto, a mil millas de distancia del lugar habitado más próximo.
Cuando logré, por fin, articular palabra, le dije:
- Pero… ¿qué haces tú por aquí?
Y él respondió entonces, suavemente, como algo muy importante:
-¡Por favor… píntame un cordero!
Cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer. Por absurdo que aquello me pareciera, a mil millas de distancia de todo lugar habitado y en peligro de muerte, saqué de mi bolsillo una hoja de papel y una pluma fuente. Recordé que yo había estudiado especialmente geografía, historia, cálculo y gramática y le dije al hombrecito (con un poco de mal humor), que no sabía dibujar.
- No importa - me respondió-, ¡píntame un cordero!
Como jamás había dibujado un cordero, rehice para él uno de los dos únicos dibujos que yo era capaz de realizar: el de la serpiente boa cerrada. Y quedé estupefacto cuando oí decir al hombrecito:
- ¡No!, ¡No! Yo no quiero un elefante en una serpiente. La serpiente es muy peligrosa y el elefante ocupa mucho sitio. En mi casa es todo muy pequeño. Necesito un cordero. Píntame un cordero.
Entonces dibujé un cordero:

El hombrecito lo miró atentamente y dijo:
-¡No! Este cordero está ya muy enfermo. Haz otro.
Volví a dibujar.

Mi amigo sonrió dulcemente, con indulgencia.
-¿Ves? Esto no es un cordero, es un carnero. Tiene cuernos…
Rehice nuevamente mi dibujo:

Fue rechazado igual que los anteriores.
-Este es demasiado viejo. Quiero un cordero que viva mucho tiempo.
Falto ya de paciencia y deseoso de comenzar a desmontar el motor, garabateé rápidamente este dibujo:

Se lo enseñé, y le agregué:
-Esta es la caja. El cordero que quieres está adentro. Con gran sorpresa mía el rostro de mi joven juez se iluminó:
-¡Así es como yo lo quería! ¿Crees que sea necesaria mucha hierba para este cordero?
-¿Por qué?
-Porque en mi casa es todo tan pequeño…
-Alcanzará seguramente. Te he dibujado un cordero bien pequeño.
Se inclinó hacia el dibujo y exclamó:
-¡Bueno, no tan pequeño…! ¡Mira! Está dormido…
Y así fue como conocí al Principito.

III

Necesité mucho tiempo para comprender de dónde venía. Me hacía muchas preguntas y jamás parecía oír las mías. Fueron palabras pronunciadas al azar las que poco a poco me revelaron todo. Así, cuando el principito distinguió por vez primera mi avión (no dibujaré mi avión, por tratarse de un dibujo demasiado complicado para mí), me preguntó:
-¿Qué cosa es esa?
-Eso no es una cosa. Eso vuela. Es un avión. Es mi avión.
Me sentía orgulloso al decirle que volaba. El entonces gritó:
-¡Cómo! ¿Has caído del cielo?
-Sí -le dije modestamente
-¡Ah, que gracioso!
Y el principito lanzó una graciosa carcajada que me irritó mucho. Me gusta que mis desgracias se tomen en serio. Y añadió:
-Entonces ¡tú también vienes del cielo! ¿De qué planeta eres tú?
Entreví rápidamente una luz en el misterio de su presencia y le pregunté bruscamente:
-¿Tu vienes pues de otro planeta?
Pero no me respondió; movía lentamente la cabeza mirando detenidamente mi avión.
-Es cierto que encima de eso no puedes venir de muy lejos…
Y se hundió en un ensueño durante largo tiempo. Luego sacando de su bolsillo el cordero se abismó en la contemplación de su tesoro.
Imagínense cuánto pudo haberme intrigado esta semiconfidencia sobre los "otros planetas". Me esforcé pues en saber algo más:
-¿De dónde vienes, hombrecito? ¿Dónde está "tu casa"? ¿Dónde quieres llevarte mi cordero?
Después de meditar silenciosamente me respondió:
-Lo bueno de la caja que me has regalado es que por la noche le servirá de casa.
-Sin duda. Y si eres bueno te daré también una cuerda y una estaca para atarlo durante el día.
Esta proposición pareció chocar al principito.
-¿Atarlo? ¡Qué idea más rara!
-Si no lo atas, se irá quién sabe dónde y se perderá…
Mi amigo soltó una nueva carcajada.
-¿Y dónde quieres que vaya?
-No sé, a cualquier parte. Derecho, camino adelante…
Entonces el principito señaló con gravedad:
-¡No importa, es tan pequeña mi casa!
Y agregó, quizás con un poco de melancolía:
-Derecho, camino adelante… no se puede ir muy lejos.

IV

De esta manera supe una segunda cosa muy importante: su planeta de origen era apenas más grande que una casa.

Esto no podía asombrarme mucho. Sabía muy bien que aparte de los grandes planetas como la Tierra, Júpiter, Marte, Venus, a los cuales se les ha dado nombre, existen otros centenares de ellos tan pequeños a veces que es difícil distinguirlos aun con la ayuda del telescopio. Cuando un astrónomo descubre uno de estos planetas, le da por nombre un número. Le llama, por ejemplo, "el asteroide 3251".

Tengo poderosas razones para creer que el planeta del cual venía el principito era el asteroide B 612. Este asteroide ha sido visto sólo una vez con el telescopio en 1909, por un astrónomo turco.
Este astrónomo hizo una gran demostración de su descubrimiento en un congreso Internacional de Astronomía. Pero nadie le creyó a causa de su manera de vestir. Las personas grandes son así.

Felizmente para la reputación del asteroide B 612, un dictador turco impuso a su pueblo, bajo pena de muerte, el vestido a la europea. Entonces el astrónomo volvió a dar cuenta de su descubrimiento en 1920 y como lucía un traje muy elegante, todo el mundo aceptó su demostración.

Si les he contado de todos estos detalles sobre el asteroide B 612 y hasta les he confiado su número, es por consideración a las personas mayores. A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: "¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?" Pero en cambio preguntan: "¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?" Solamente con estos detalles creen conocerle. Si les decimos a las personas mayores: "He visto una casa preciosa de ladrillo rosa, con geranios en las ventanas y palomas en el tejado", jamás llegarán a imaginarse cómo es esa casa. Es preciso decirles: "He visto una casa que vale cien mil pesos". Entonces exclaman entusiasmados: "¡Oh, qué preciosa ha de ser!"
De tal manera, si les decimos: "La prueba de que el principito ha existido está en que era un muchachito encantador, que reía y quería un cordero. Querer un cordero es prueba de que se existe", las personas mayores se encogerán de hombros y nos dirán que somos unos niños. Pero si les decimos: "el planeta de donde venía el principito era el asteroide B 612", quedarán convencidas y no se preocuparán de hacer más preguntas. Son así. No hay por qué guardarles rencor. Los niños deben ser muy indulgentes con las personas mayores.
Pero nosotros, que sabemos comprender la vida, nos burlamos tranquilamente de los números. A mí me habría gustado más comenzar esta historia a la manera de los cuentos de hadas. Me habría gustado decir:
"Había una vez un principito que habitaba un planeta apenas más grande que él y que tenía necesidad de un amigo…" Para aquellos que comprenden la vida, esto hubiera parecido más real.
Porque no me gusta que mi libro sea tomado a la ligera. Siento tanta pena al contar estos recuerdos. Hace ya seis años que mi amigo se fue con su cordero. Y si intento describirlo aquí es sólo con el fin de no olvidarlo. Es muy triste olvidar a un amigo. No todos han tenido un amigo. Y yo puedo llegar a ser como las personas mayores, que sólo se interesan por las cifras. Para evitar esto he comprado una caja de lápices de colores. ¡Es muy duro, a mi edad, ponerse a aprender a dibujar, cuando en toda la vida no se ha hecho otra tentativa que la de una boa abierta y una boa cerrada a la edad de seis años!
Ciertamente que yo trataré de hacer retratos lo más parecido posibles, pero no estoy muy seguro de lograrlo. Uno saldrá bien y otro no tiene parecido alguno. En las proporciones me equivoco también un poco. Aquí el principito es demasiado grande y allá es demasiado pequeño. Dudo también sobre el color de su traje. Titubeo sobre esto y lo otro y unas veces sale bien y otras mal.
Es posible, en fin, que me equivoque sobre ciertos detalles muy importantes. Pero habrá que perdonármelo ya que mi amigo no me daba nunca muchas explicaciones. Me creía semejante a sí mismo y yo, desgraciadamente, no sé ver un cordero a través de una caja. Es posible que yo sea un poco como las personas mayores. He debido envejecer.

(Continuará)